Cuando caminamos por un bosque buscamos aquella senda que otros han transitado antes que nosotros. Puede que existan diversos caminos desbrozados, pero, si queremos llegar a nuestro destino con rapidez, escogemos el hollado por más caminantes. Con ello contribuimos a que otros, que vendrán después, puedan caminar con más facilidad. Nadie nos impide coger cualquier otro camino o abrir uno nuevo. Pero no podemos obligar a los otros a escoger nuestra ruta para que nosotros podamos caminar más cómodamente. Lo importante es que a nadie le impidan caminar por donde quiera y que a nadie le obliguen a transitar por donde no quiera.
La política lingüística como base de la independencia
Lengua y corrección política
Hace tan sólo dos días Miquel Roca Junyent publicó en estas mismas páginas un estupendo artículo en el que ponía de relieve el miedo a manifestarse públicamente en contra o al margen de lo políticamente correcto. Y añadía: “Mucha gente dice en privado lo que no se atreve a decir en público. Es más, mucha gente dice en público lo contrario de lo que dice en privado”. Si ello es cierto, en general, respecto a muchas materias, en Cataluña es especialmente exacto en un campo particular: en la política lingüística.
En català al Parlament Europeu
Admeto que aconseguir que el català esdevingui llengua normal al Parlament Europeu ha estat gairebé una obsessió en els vuit anys que porto treballant en aquesta institució. Confesso que, quan vaig arribar-hi, l’any 2004, creia que ho aconseguiríem de seguida. Sabia que els nostres predecessors ho havien intentat fins a la sacietat, sense sortir-se’n. I tanmateix, estava segur que es tractava (vaja, que es tracta) d’un tema absolutament de sentit comú i de fàcil solució. L’aliança catalano-defensora en aquest assumpte vé de lluny, i en els dos mandats que he viscut, hem procurat enfortir-la.